Y si aceptamos que es la evaluación la que orienta los esfuerzos del alumnado, la que dirige las estrategias de aprendizaje que pone en juego, la que en definitiva determina que los resultados del proceso educativo sean unos y no otros, ¿Cómo hemos podido tenerla tan abandonada? ¿Por qué juega ese papel de cenicienta en el proceso siendo tan decisiva su influencia en el resultado final?
Me he referido en los párrafos anteriores a la evaluación de los aprendizajes solo para ilustrar las ideas. Pero, quisiera abordar el tema de la evaluación de una manera amplia, incluyendo también los planteamientos referentes a la evaluación de programas, de centros, productos, etc., tanto en el contexto formal como no formal.
He tomado este título de Evaluación 2.0 para el blog, no en el sentido que lo utiliza Fernando Santamaria o R.J. Elliot que, siendo muy interesante sus aportaciones, la entiende como la evaluación que utiliza los recursos de la web 2.0. Yo tomo la metáfora de internet como una manera de decir que los cambios que vivimos son de tal calado que necesitamos revisar y redefinir lo que tenemos desde otros parámetros, superar los modelos actuales y buscar otros más acordes con las exigencias y retos educativos del mundo actual. Y es así que cuando me refiere a la Evaluación 2.0 tengo en mente la necesidad de ser tremendamente creativos para buscar nuevas concepciones y nuevas prácticas evaluativas que respondan a las exigencias del alumnado que hoy tenemos en nuestras aulas, a la evaluación de unos centros educativos que deben se organizaciones que crean conocimiento, aprenden y cambian y a la sociedad misma que requiere ciudadanos democráticos, participativos y comprometidos con un desarrollo humano éticamente sostenible. Cómo entendemos la lógica de la evaluación… cómo la planteamos… que atributos ponemos en juego cuando la realizamos… qué cultura de evaluación queremos desarrollar sin duda tiene que ver con qué tipo de educación queremos potenciar y, con ello, hacía donde queremos avanzar como personas y como sociedad.
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